El segmento del retail ha demostrado una notable resiliencia en los últimos cinco años, a pesar del impacto global de la crisis de los centros comerciales en América y la pandemia.
Numerosos negocios minoristas han superado con éxito estos desafíos. Los tipos de activos de retail que mejor funcionan son aquellos que atienden a las comunidades. Lo logran integrando la actividad de comercio minorista con la oferta de ocio en complejos de uso mixto al aire libre, donde las personas se reúnen para trabajar, comprar o vivir, proporcionando ofertas de barrio.
Varios factores clave han impulsado estos cambios. En primer lugar, el aumento del teletrabajo ha desplazado la demanda por centros comerciales de los centros de las ciudades a la periferia. En segundo lugar, la desglobalización ha llevado a un aumento en la demanda de ofertas locales, particularmente, en los sectores de ocio y restaurantes. Por último, las presiones inflacionarias han incrementado la demanda de bienes y servicios esenciales, como alimentos y productos de primera necesidad.